Imaginemos que entra usted en una tienda y le dice al dependiente «quiero una docena de esos» sin señalar nada, el dependiente pondrá cara de sorpresa y le preguntará a qué se refiere. Pongamos que de la tienda se va usted a un parque en el que pierde de vista a su hijo y pregunta a un amigo «¿has visto a Mikel?», su amigo le dice «le vi allí hace un minuto», pero si no le señala con la mano hacia algún lugar, usted no puede saber en qué dirección se ha visto al niño por última vez.
Estos son ejemplos claros de la importancia de las señas en la comunicación. Junto con la expresión de la cara, la sonrisa, el tono de voz… los ademanes son vitales en muchas conversaciones.Démosle la vuelta. ¿Se han fijado en lo cómico que resulta ver a una persona gesticular aparatosamente cuando habla por teléfono? Su interlocutor no puede verle, pero él igualmente agita las manos pues no puede dejar de acompañar su conversación con gestos.





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