«Le puso de chúpame domine le dijo anteayer en el Rastro uno de los gitanos cultos a un payo, hablando de alguien. Ese dicho es más bonito cursado así, y raro será que no sea contagioso, y no lo suelte yo mismo un día.

Y al rato esto. Andaba uno de los viejos del Campillo del Mundo Nuevo, de esos que ya están con un pie en la ultratumba, artrítico, sin afeitar, disponiendo el género sobre la acera, y su vecina, una mujer pechugona, todavía de buen ver, que vende principalmente relojes antiguos y cucharillas de plata, le soltó con un tono picarón , a voces, como se dicen esas cosas en el Rastro:

-Antonio, que se te va a salir el pajarito.

Antonio se echó una mirada a la portezuela y constató que, en efecto, la tenía abierta. Se enderezó lo que pudo y procedió a subirse la cremallera, al tiempo que sentenció:

-Ese ya solo está para empollar los huevos.

Se rieron y tal, pero lo que era bonito fue oírle la palabra empollar, que acaso no usara desde que iba de muchacho por nidos en el pueblo del que acaso emigraron sus padres hace más de setenta u ochenta años.»

Andrés Trapiello: Éramos otros

Imagen: Blue Jean, de Patrick Delaunay

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