Hola, uf, vengo asfixiada pero qué bien, qué ganas tenía de marcharme un rato y desfogarme un poco. Pues, chica, que han venido unos primos a casa de mi madre y no son de los que se buscan la vida solos, ya sabes, esos que se hacen su plan, aparecen a cenar y ya está, que no tienes que estar pendiente cada día. Estos no, estos se quedan en casa y, claro, mi madre me dice, hija ven y sácales y es que no me dejan hacer nada, que a ver, la verdad es que han venido a ver mis padres, pero bueno… Total, que ayer les llevé a Hondarribi. Dimos una vuelta por el Casco Viejo y comimos en un sitio muy majo. Oye, tenían unos tomates de esos con la pulpa rosa… con un sabor… no me lo podía creer, como los de antes, y después nos dimos una vuelta por la calle San Pedro y tan ricamente y luego pues resulta que el marido de mi prima trabajó en Donosti un par de años y, como estaba solo, pues a veces se iba a la whiskería, la del Bule, y tocaba el piano, que sabe tocar el piano, no mucho pero se defiende y quería acercarse para saludar al pianista y allí que nos fuimos, ¿tú te crees? Total que al final nos lo pasamos bien entre una cosa y otra y tú ¿qué vas a hacer?, ¿spinning?
Imagen: Portrait from Life, de Catherine Goodman





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