Acólito es una de esas palabras pasadas de moda que cuando se olvidan por poco uso se echan en falta. La palabra procede del latín tardío acoluthus, y este a su vez del griego akóluthos, ‘el que sigue o acompaña’, literalmente ‘el que va por mismo camino’, de keleuthos, ‘camino, senda’. Se designaba con esta palabra a cierto tipo de esclavo que acompañaba a todas partes a su amo, de ahí que la Iglesia tomara el término para designar una especie de asistente del sacerdote, un monaguillo o similar.

Puestos a buscarle sinónimos he encontrado de todo menos el significado original relacionado con la Iglesia, como por ejemplo, cómplice, compinche, secuaz, adlátere, acompañante, compadre, seguidor, ayudante, asistente o auxiliar. Para mí, acólito sería una especie de seguidor dispuesto a ser cómplice, por mejor ayudar a su señor. Mira que en la información política nos podría venir bien esta palabra…

2 respuestas a “Acólito”

  1. Creo que en lo político, el término acólito lleva implícito cierto desdén. Pero ya se sabe que la política también es el arte de estrujar las palabras y no siempre dejarlas en su mejor sentido.

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    1. Muy cierto.
      Gracias, M.C.

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