He estado leyendo a Leila Guerriero (lo que me ha costado recordar bien su apellido) con intensidad y deleite. Maravilla de artículos, de crónicas… maravilla de forma de escribir. Hasta he leído una pequeña obra que tiene con Ander Izagirre y que se titula En el fondo la forma. Hoy les traigo aquí esta cita, un poco larga, lo sé, en la que reflexiona sobre las lenguas y su expansión porque no podía dejar de compartirla.

«El año pasado el suplemento Babelia, del diario El País, de España, me pidió una nota sobre el idioma español. La indicación era muy general: un texto sobre el español, sus parecidos, su evolución, sus diferencias. Estuve horas repasando páginas de congresos de la lengua e institutos cervantes y lo único que logré fue acomplejarme: todo lo que se podía decir sobre el español ya estaba dicho y por voces bastante más autorizadas que la mía. Estuve un par de días pensando qué podía agregar a todo eso, hasta que volví sobre mis pasos y me di cuenta de que, en todo lo que había leído, flotaba un optimismo arrebatado: varios especialistas repetían, golpeándose los pechos, que el español avanzaba imparable y que, como muestra de eso, en el 2050 los Estados Unidos serían la primera nación hispanohablante del mundo. Entonces me pregunté: ¿qué es una lengua? ¿Una competencia por ver quién la tiene más larga? ¿Por qué nos pone tan contentos que las palabras se comporten como se comportaron los conquistadores? Y, si una lengua conquista, ¿qué cosa conquista: una forma de pensar o una manera de decir te quiero? Y, en ese universo en el que más, mejor, más lejos parecía la norma, ¿quiénes eran los herederos desinteresados de la lengua? Y me dije: los poetas. Entonces llamé por teléfono al porto chileno Raúl Zurita que, un día de octubre, me dijo esto: «No hay que pensar tanto en cuántos hablan un idioma, sino de qué hablan en ese idioma. Y de eso, de qué se habla, nadie está diciendo nada». El fraseo ahogado de Zurita me dio un punto de apoyo y lo que había sido un árido desierto de filología se transformó en el paisaje frondoso de cada una de todas las palabras del idioma. Así, bien, mal o peor, armé un artículo que tenía una estructura de párrafos duros llenos de porcentajes, datos, testimonios, y párrafos más suaves que se interponían como un mantra retórico y se preguntaban cosas como estas: «¿Qué es una lengua? ¿Sus diccionarios, su gramática? ¿Las mamacitas de los mercados que vocean los fríjoles, los frijoles, los frejoles? ¿Los mensajes de texto? ¿Las tres palabras necesarias para decir «esto me importa» o «no te vayas»?», intentando que las derivas lingüísticas que importan solo a algunos mutaran en el moderno diccionario que nos sucede, todos los días, a todos.»

Leila Guerriero: Zona de obras

Imagen: Costume Party, de Guillermo Lorca

2 respuestas a “¿Qué es una lengua? ¿Una competencia por ver quién la tiene más larga?”

  1. Avatar de Víctor Colden
    Víctor Colden

    Gracias por tus entradas, Gemma. Siempre aprendo y disfruto con ellas. Un abrazo.

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    1. ¡Qué alegría, Víctor! Muchas gracias.

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