Veo gente de mi edad vencida por tantos días iguales. Veo conocidos a los que encuentro menguados, algunos se han concentrado en sí mismos, otros se han enrollado como los bichos bola. Hasta veo algunos que parecen caminar con la casa a cuestas, las puertas cerradas a cal y canto.
Veo gente de mi edad que vive enfadada, que no reconoce este mundo que, sin embargo, sigue siendo el suyo. ¿No era este el momento en el que íbamos a disfrutar de la vida? Me pregunto qué ha pasado. Yo misma a veces siento como si me relegaran a ser una ciudadana pequeñita, como si, puesto que no me engullen la prisa ni el contexto laboral, mi vida no fuera tan importante.
Veo gente de mi edad entregada al afán de parecer más joven, haciendo deporte sin descanso, aleteando pestañas postizas o viajando sin norte, como si esa imitación de una vida treinta años más joven fuera a engañar a alguien. Les veo y me pregunto a qué grupo pertenezco yo, cómo burlo la falta de afán. Cómo me verán aquellos para los que soy gente.
Imagen: With Wings of Infinity, de Calida Rawles





Replica a Gemma Torres Cancelar la respuesta