Los pies y la cabeza son dos partes de nuestra anatomía que reúnen una gran cantidad de expresiones. Hoy les traigo algunas de las que utilizan los pies.

Hay indicaciones que hay que seguirlas al pie de la letra pero luego escribirlas con pies de plomo, no vaya a ser que no tengan ni pies ni cabeza. Cuando las leas no le busques tres pies al gato y, digan lo que digan, tú siempre mantén los pies en el suelo.

Si tienes que pararle los pies a alguien, hazlo antes de estar atado de pies y manos, no hace falta que sigas las cosas a pies juntillas, sólo es necesario que empieces con buen pie. Tiempo habrá de dejarlo y de echar pie a tierra o de poner pies en polvorosa, porque en seguida te darás cuenta de qué pie cojea cada uno.

Si te ves en un apuro, ya sabes, es mejor pies para qué os quiero que no dar pie con bola. Tú actúa como el que siempre has sido, alguien que ha nacido de pie, con estrella, no hace falta sacar los pies del tiesto pero sí se espera de ti que seas una persona cabal de pies a cabeza en cualquier esfera de la vida.

Si les he vuelto locos con todas estas expresiones, no se pongan en pie de guerra con este blog porque todo lo que pretende… es jugar un poco.

Pie de foto: Tempest, de Li Sonssong

2 respuestas a “Pies para qué os quiero”

  1. Los que andamos a pie de obra no tenemos tiempo para estos juegos.

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  2. A pie de obra, con pies de plomo y hasta con pies planos hay que jugar, Fran, es buenísimo para el colesterol.

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